Es un campo de batalla tan armado, desordenado. Acudir a mil horizontes para poder escapar, o tal vez llegar a aquella meta que alcanzar no podemos y desconocemos el querer lograr llegar. Tan irreal y pasajero, tan corto y extenso a la vez. Tan lleno y vacío, oscuro y de tanta luz. Un lugar habitado y aun así la soledad se hace presente en muchos casos, y elegir con desesperanza un ser para seguir y luchar contra esa batalla con un final asegurado. Porque lo único seguro es que luego es eterno el sendero. Es así, es la vida, esa misma que te hace sufrir es la misma que te regala un millón de razones por las que sonreír. Es aquella que anhelando tesoros derramas lagrimas por errores. Es la misma que te lanza desnudo en la vida y te cubre con amor y dulzura de personas que te ayudan a sobrevivir, a luchar y vencer este camino, juntos, con un rumbo, uno solo..